Las víctimas de los casos denunciados en Malasia hasta finales de 2010 eran todas mujeres, por lo general jóvenes, y todos los sextorsionadores hombres, excepto un caso en el que la delincuente era mujer. Lo común es que los sextorsionadores sean ex-parejas de las víctimas. Según los responsables públicos malasios encargados de gestionar este tipo de denuncias, este tipo de amenazas de difundir fotos de ex-parejas desnudas ya existía antes de la popularización de Internet. Esas mismas fuentes cifran en 9 los casos de sextorsión producidos en el país durante 2010 y 5 en 2009. En todos los casos existían motivos de venganza y celos tras una relación rota.