De nuevo una actriz famosa ve cómo un vídeo íntimo suyo se difunde por Internet. Según el web TMZ, una grabación de vídeo de la actriz estadounidense Minka Kelly está circulando por la Web. Además se da el agravante de que las imágenes supuestamente pertenecen a una grabación realizada cuando ella era menor de edad y sin su consentimiento.
De acuerdo con las información del Daily Mail británico, sería el exnovio de Kelly quien habría realizado la publicación de esta grabación de la actriz, hija de un ex-guitarrista del grupo de rock Aerosmith. Dado que Minka Kelly nació en 1980, estaríamos hablando de una grabación de sexting realizada antes de 1998. Esto demuestra que la producción de este tipo de imágenes nunca es segura y que un novio adolescente de hoy puede más tarde —¡incluso 15 años después!— causarnos muchos problemas divulgándolas en la red mundial.
Con apenas 12 años Beatriz (nombre ficticio) se refugió en las redes sociales. La situación en su casa no era muy buena y los problemas económicos complicaban la convivencia. Ella disfrutaba creando nuevas amistades, con las que compartía pensamiento, preocupaciones y risas. «Pasaba largas horas frente al ordenador chateando con unos y otros. En uno de ellos encontré a una supuesta chica con la que hablé bastante hasta que le di mi e-mail. Ella me dijo que me iba a hacer un casting para una serie de televisión que me gustaba mucho y me lo creí», recuerda. «Entonces me pidió que me mostrara delante de la webcam… Y lo hice. Al principio estaba con ropa y luego, me pidió que me fuera desnudando hasta que le mostré el pecho casi sin darme cuenta… Me negué cuando me pidió más».
Esta negativa no gustó a su interlocutora, quien comenzó a amenazarla: «Me dijo que repartiría fotos y vídeos míos por toda la red si me negaba a mostrarle todo el cuerpo desnudo, y que iría a por mi familia. Al final, cedí a sus chantajes por miedo. Hasta que un día decidí borrar el Messenger y dejar de lado el ordenador». De eso hace ya cuatro años.
Beatriz recuerda los meses posteriores con mucho miedo: «Pensé que tenía un vídeo mío y que lo iba a poner en Internet. Aquello me afectó en mis relaciones sociales, soy muchísimo más desconfiada con quien no conozco». Con el tiempo, volvió a utilizar Internet, incluso las redes sociales, «pero jamás cuelgo fotos mías ni tampoco doy mucha información. Me siento segura desde un anonimato parcial».
Con apenas 12 años, Beatriz experimentó en primera persona (como muchas otras chicas y chicos) los peligros del sexting (envío de imágenes de contenido sexual producido por el remitente a través de un mensaje de móvil o de Internet). «El problema es que los adolescentes no ven nada malo en ello y, sin embargo, puede tener consecuencias muy serias», explican desde PantallasAmigas, iniciativa para la promoción del uso seguro de las nuevas tecnologías.
¿Dónde puede terminar esa imagen? «Las hemos encontrado en ordenadores de pederastas, o en el portátil de un vecino que empieza a pedirle dinero a cambio de no decírselo a sus padres (sextorsión)», señalan fuentes policiales.
El problema, insiste Zalduegui, es que los menores —e incluso «muchos adultos»— no son conscientes de lo que supone no controlar la difusión de esas imágenes, su destino y las consecuencias que puede acarrear. «No es que haya que ser desconfiados, es que en la Red uno pierde el control de su imagen», reitera Zalduegui, quien recorre los institutos explicando a los chavales las consecuencias de publicar sus fotos. «Les explico que cuando recibes un mensaje con una foto y lo reenvías sin permiso, puedes estar cometiendo un delito, máxime si el o la protagonista de la foto es menor». No obstante algunos estudios incluso apuntan a que pese a ser conscientes de algunos de los riesgos (como el legal), los adolescentes siguen haciendo sexting.
En la que es la primera condena que se emite en Colombia por la práctica de un delito a través de una red social online, la Corte Suprema de Justicia de este país ratificó la condena de cuatro años de prisión en contra de un hombre que extorsionaba sexualmente a mujeres contactadas por la red social Facebook.
El hombre, bajo una identidad falsa, le exigió 100 mil pesos a una mujer a cambio de no publicar montajes de fotos y videos pornográficos con su imagen.
En la sextorsión, que se prolongó durante varias semanas, el hombre además le exigía a su víctima tener relaciones sexuales con él. La mujer acudió al Gaula de la Policía, quienes montaron un complejo operativo con el fin de capturar al extorsionador.
El ciberdelincuente ha sido condenado a 48 meses de prisión por el delito de extorsión en grado de tentativa, así como el pago de una multa de 300 salarios mínimos.
Entre los responsables de haber accedido ilegalmente al web oficial del organismo público brasileño Cetesb sustituyendo su contenido por fotos de la actriz de telenovelas Carolina Dieckmann desnuda robadas de su ordenador, se encuentra un menor de edad, quien sería responsable según la policía, de haber exigido 10.000 reales (unos 4.000 euros) a la famosa a cambio de no divulgarlas.
Según el abogado de Dieckmann, fueron robados unos 60 archivos supuestamente cuando ella envió el ordenador al servicio técnico para repararlo. Al recibir las comunicaciones de los sextorsionadores, la actriz acudió a la policía, que le aconsejó no acceder al chantaje y responder a los emails de los ciberdelincuentes para preparar una emboscada. Sin embargo, antes de ser capturados, enviaron las fotos a dos webs pornográficos de EE. UU. y Reino Unido. Aunque la actriz consiguió que los retirasen, no logró que Google accediese a bloquear las búsquedas de las imágenes, que aún están disponibles en este buscador e incluso se pueden encontrar alojadas en su servicio de blogs, Blogspot. Según justificó Google, existen grandes dificultades para bloquear una búsqueda de imágenes, la misma excusa que ofrecieron a otras personalidades famosas que han sufrido divulgación de sus imágenes de sexting con anterioridad.
En el mismo suceso la actriz sufrió el robo de su contraseña de acceso al email y a Twitter, donde fue suplantada y tuvo que desmentir mensajes enviados por los suplantadores.
Este ciberataque a un web estatal y el caso de sextorsión a la actriz brasileña ha llevado al gobierno a elaborar una propuesta para actualizar las leyes contra los cibercrímenes. Brasil cuenta con una de las leyes a este respecto más antiguas del mundo desarrollado; el auge de la práctica del sexting, y con ella las posibilidades de casos de sextorsión han llevado al gobierno brasileño a reaccionar.
Amantes despechados y exparejas rencorosas tienen una manera cruel y criminal de vengarse de sus antiguas parejas: publicar sus fotos desnudas en Internet.
La Dra. Laura Bergman —sexóloga estadounidense— incide en un reciente artículo publicado en el Chicago Sun-Times en algo que Pantallasamigas lleva advirtiendo desde 2009 en el web temático Sexting.es: cada vez es más común encontrar fotos privadas de sexting expuestas a la vista de millones de personas por sus exparejas.
En inglés denominan a este tipo de fotografías revenge porn (algo así como porno vengativo), y existen numerosos webs dedicados principal o parcialmente a recibir y publicar este tipo de fotos privadas. Uno de ellos era IsAnyoneUp, según explica la Dra. Bergman, y ha sido cerrado tras año y medio de exitosa existencia, aunque no por mandato judicial (pese a las continuas denuncias de padres, abogados y empresas) sino por haber sido adquirido por un controvertido web antiacoso. En este web que fue creado inicialmente entorno al cotilleo de grupos de rock y sus groupies, Bergman denuncia que los usuarios publicaban fotos íntimas de sus ex desnudas, junto con mensajes dando detalles de su vida y comportamiento. De hecho incluso existía un cínico apartado para publicar las reacciones de protesta de las personas cuyas fotografías privadas habían sido publicadas sin permiso. El web también recibía numerosas fotos de menores de edad, que según su administrador eran remitidas a la policía por medio de un abogado. Pese a no estar ya activo, las fotos que difundió siguen presentes en otros lugares de la Red. Bergman utiliza el término ciberviolación para describir el devastador impacto que tiene esta difusión delictiva de sexting privado sobre sus víctimas y sus familias. La sexóloga justifica el término en que pese a no haber violación física, hay una violación en la seguridad y privacidad de las víctimas: no sólo es la vergüenza que les provoca sino que sus reputaciones y su futuro quedan seriamente dañados.
El propio administrador de IsAnyoneUp, en la carta abierta que envió tras su cierre, admitió lo sorprendente que es lo que la gente (sobre todo chicas jóvenes) es capaz de hacer (en referencia a los autodesnudos que le enviaban) por conseguir unos pocos seguidores más en Twitter o unas pocas solicitudes más de amistad en Facebook, red social de la cual él mismo fue expulsado de por vida (según afirma). Este web daba un paso más allá con respecto a los tradicionales webs de exnovias: cuando alguien enviaba una foto se le pedía incluir un enlace al perfil de la persona que aparecía desnuda en Facebook, Twitter o Myspace. De este modo se vinculaba con la imagen desnuda, el nombre real de la víctima y una manera fácil para contactar con ella.
No obstante, la persecución legal de este fenómeno es difícil. Dirigirse contra los responsables del web que las publica implica el problema de rastrearlos a menudo en países extranjeros. Incluso pueden invocar en su defensa determinadas leyes: p.ej. en los EE. UU. la Communications Decency Act que exime de responsabilidad a los dueños del web del contenido que los usuarios publican. En España hay jurisprudencia contradictoria al respecto: en ocasiones se culpa al dueño del web, en otras se le exculpa de responsabilidad.
Perseguir a quienes envían las fotos también tiene su dificultad. Está claro que la persona que sale en la fotografía debe autorizar cualquier publicación de la misma, pero ¿cómo probar fuera de toda duda quién la ha puesto en Internet? Incluso aunque se pruebe que fue desde su ordenador, podrá alegar que lo usó otra persona o que accedieron a él ilegalmente. Además el tiempo que trascurra durante la denuncia y posterior proceso judicial empeorará las cosas a nivel psicológico y podría dar incluso más difusión a la imagen. En estos casos se suele aconsejar usar una vía más rápida (al menos en España): acudir a la Agencia de Protección de Datos para que ordene su retirada de los webs que la estén mostrando. Por supuesto, en cualquier caso y aplicando los mismos consejos que se le dan a las víctimas de ciberbullying, lo primero es guardar las pruebas.
Aun así, el mejor consejo es evitar que esto pueda llegar a suceder y la mejor prevención, no generar este tipo de fotos. No pensemos que con no enviárselas a nadie estamos a salvo: podríamos perder el teléfono o alguien podría crackear nuestro ordenador (de hecho había varios casos así en IsAnyoneUp).
Finalmente Bergman advierte a los padres de la importancia de alertar en casa a los hijos adolescentes sobre los riesgos del sexting. Ellos se enfrentan a la presión para hacer sexting todos los días (incluso desde los 12 años) y su ingenuidad e inexperiencia pueden llevarlos a creer que su novio o novia va a guardar esas fotos a buen recaudo. Es vital que entiendan que una vez tomada la foto y enviada, estará fuera de su control para siempre.
PantallasAmigas ha podido comprobar que pese a que IsAnyoneUp ha cerrado, están surgiendo sucesores que profundizan en la vinculación de datos personales a las imágenes de sexting que difunden. Se pueden encontrar fotografías eróticas de chicas enviadas por sus exnovios junto a capturas de los perfiles de Facebook, enlaces a sus curriculum en LinkedIn, datos como población de residencia, lugar de trabajo actual, centro donde estudió o el nombre de su novio actual e incluso capturas de mensajes de correo electrónico de las personas fotografiadas. Desnudos sociales, los denominan en alguno de estos webs… Ya anteriormente habíamos advertido sobre el auge de información personal que se estaba difundiendo asociada a imágenes de sexting y constatamos con preocupación que la tendencia lejos de revertirse, se acentúa con la vinculación del sexting a perfiles personales en las redes sociales de tipo personal e incluso profesional.
En el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid se piden 358 años de cárcel para un joven de 27 años por ciberacosar y sextorsionar a 81 mujeres, la mayoría menores de edad: de hecho una de sus víctimas le dijo que tenía sólo 14 años y que «ni siquiera tenía pecho que enseñarle».
El acusado llegó a amenazó de muerte a alguna de las menores si no se desnudaban en sus webcam y admitó haber entrado en los correos electrónicos de las víctimas, momento a partir del cual controlaba sus fotos y amenazaba a las niñas. También enviaba fotos y mensajes con insultos desde esas cuentas de email con la intención de chantajearlas.
El acusado ha explicado que en el web Votamicuerpo veía chicas «provocativas» y que entraba en foros de «ligoteo». Su abogado ha desgranado nombres de algunas de las victimas como gatitasexy y el acusado se ha escudado en «la moda» de las fotos en la ducha que las chicas se hacen a sí mismas con el teléfono móvil y en que era normal tener conversaciones de tipo sexual con chicas que «piden que puntúen su cuerpo». Según su abogado por aquel entonces (hace 5 años) este tipo de webs no informaban sobre si las chicas eran menores de edad.
Frases encontradas en su ordenador como «vas a tener ganas de estar muerta, te voy a reventar» salpicaron una declaración ante el juez por momentos dramática por la dureza de las preguntas y la cerrazón de las respuestas.