En los casos de violencia social online, las víctimas —por lo general mujeres— pagan un precio muy alto después de ser expuestas imágenes o videos de contenido erótico o sexual, en las cuales aparecen. Por contra, el agresor gana popularidad, concluyó la investigadora Luz María Velázquez Reyes, del Instituto Superior de Ciencias de la Educación del Estado de México.
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